jueves, 19 de febrero de 2015

La historia de Genevive: Capítulo 5





Llegaron a tiempo para subir, el sol estaba radiante entregaron los boletos y se sentaron en la mitad del colectivo.
Genevive jamás se hubiese imaginado que en el mismo lugar estaría Damián, el primer gran amor de su vida o quizá el único; estaba en el asiento frente al suyo, mientras la señora Helper hablaba ella no paraba de mirarlo, lo quería tanto pero no podía tenerlo y menos en ese momento en que era prófuga del gobierno.
A mitad de camino le pareció ver la miraba, Genevive sonrió y él también lo hizo, la muchacha sintió que el corazón se deshacía en pedazos,
Llegaron al distrito 12 y bajaron del colectivo, en la termina Damián la chocó, y le dirigió una mirada con aquellos ojos azules que hipnotizaban y dijo -¿Cómo te llamas?- un nudo se armó en su garganta- Ge.... Julieta- soy Julieta, Genevive no existe pensó- Lindo nombre, Juli ojala nos encontremos otro día- Sonrió, no tenía el valor de decirle que era ella pero no podía perder una segunda oportunidad y asintió, le dió un beso en el cachete tan cerca de los labios que sintió desfallecer.
La señora Helper le llamó, se dió vuelta y suspiró -Bueno, llegó el momento de hacer lo que menos me gusta, fingir- La mujer la miró con compasión y sonrío - Pienso lo mismo muchacha pero es lo que hay en este momento- Salieron de la terminal camino a un local de comida, realmente con todo esto no había pensado mucho en su estómago.
La chica que la atendió quedo perdidamente mirando sus
cabellos, cuando observó que Genevive lo había notado le dijo -Me encanta tu color, ¿Por qué se te dio de ponerle rosa?- sonrió-No lo sé, sólo me agrada - La muchacha seguía embobada en su falso color, sintió que la habían descubierto, le pagó y salió casi corriendo a la mesa sin soltar la cartera en que llevaba las armas.
No pudo comer tranquila, los nervios le agobiaban, al cabo de un rato fuimos a una ex casa de los campeones que estaba deshabitada para dejar los bolsos. El lugar era amplio, sus paredes amarillas con pocos muebles u objetos lo que le daba un aire más elegante, sólo había un sillón en la sala de estar y una mesita ratona junto a la biblioteca, el baño era de un blanco radiante y lujoso, tenía tres habitaciones, una pequeña cocina y un balcón.
Continuará...

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